Los países centroamericanos valoran unir fuerzas para atacar el contrabando común.

El aumento de bandas regionales dedicadas al tráfico de drogas, cigarrillos, medicamentos, entre otros, es lo que tiene a las autoridades discutiendo esta posibilidad.

El compromiso surgió en el webcast “Anti-Comercio Ilícito en Centroamérica y Panamá: Regulación, Cumplimiento y Seguridad Nacional”, en el que expertos de la región analizaron la situación del comercio ilícito y su impacto en la seguridad.

El propósito es no solo atacar las bandas criminales que operan sino también a los funcionarios corruptos que las apoyan.

“Las alianzas son necesarias, debemos trabajar en políticas públicas regionales. Un único país no puede combatir el crimen organizado, debemos trabajar en conjunto”, destacó Luis Carlos Castillo, viceministro de seguridad de Costa Rica.

Ya hay experiencias de cooperación de éxito, como el caso de El Salvador y Honduras, que lograron detener varias mercancías ilegales gracias al reporte entre las autoridades, destacó Héctor Gustavo Villatoro, ministro de Seguridad salvadoreño.

“Es indispensable combatir el crimen organizado con comunicación, inteligencia y armonía; emular las buenas prácticas de un país en el resto de la región”, según Juan José Vides, director de Aduanas de Honduras.

Por ejemplo, Guatemala estableció seis puestos de control para detectar el ingreso de mercancía ilegal, lo que le permitió duplicar la cantidad de incautaciones en comparación con el año 2020, detalló Axel Romero, gerente de Gestión de la Comisión de Defensa del Comercio Formal de Cámara de Industria de esa nación.

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El evento regional fue organizado por la Cámara Costarricense Norteamericana de Comercio (AmCham) y participaron sus homólogas de El Salvador, Honduras, Guatemala y Panamá.

Además, participaron autoridades gubernamentales, funcionarios de entidades que luchan contra el comercio ilícito, expertos de la región y representantes del sector productivo del país.